Debe ser que la bomba de gasolina del sábado había hecho que tiráramos la toalla, nosotros también (todos menos Lobato, por supuesto).
Pero agradable sorpresa, volvimos a dar saltos de alegría, como si hubiéramos ganado.
¡¡¡ uy, perdón, en que estaría yo pensando!!!!
Con que poquito se conforma uno.