Me considero un precursor, en Madrid, de la tradición catalana de regalar la rosa el día de Sant Jordi a la persona amada.
Desde el año 77 hasta el 2002, sin faltar ni uno solo. Y ahora siento un poquitín de envidia de ver a la gente con su rosa en Madrid.
Pero me alegro que una tradición, todavía no demasiado comercializada, como esa, se divulgue y, desde aquí, felicito a todas aquellas mujeres que reciben hoy este bonito gesto de su pareja y también para aquellas otras, en todo el mundo, que sin recibirlo se lo merecen de sobra.
1 comentario:
Es mi fiesta preferida. Para mí, una dualidad perfecta, el libro y la rosa!.
Porqué soy una lectora impenitente y una amante de las flores.
Felicidades por tu sensibilidad.
Da igual en que lugar del mundo se regalen una flor y un libro….y miles de libros.
Bonita tradición.
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